miércoles, 16 de febrero de 2011

Ocho embarazos y miles de parejas en la búsqueda

Desde que entró en vigencia la ley que incluye a los tratamientos por infertilidad en el Plan Médico Obligatorio de la Provincia de Buenos Aires, se logró el éxito en ocho casos. Todavía se aguarda para la sanción de una ley nacional que extienda el beneficio .

En el Hospital de Haedo funciona el único grupo de apoyo psicológico para parejas con problemas de concepción. Hay 300 mil matrimonios que no pueden tener hijos en la provincia de Buenos Aires.

En el Hospital de Haedo funciona el único grupo de apoyo psicológico para parejas con problemas de concepción. Hay 300 mil matrimonios que no pueden tener hijos en la provincia de Buenos Aires.

La reciente ley que cubre los tratamientos de fertilidad de alta complejidad en la provincia de Buenos Aires ya arrojó resultados alentadores: ocho parejas lograron concebir tras recibir los procedimientos médicos en hospitales públicos bonaerenses aunque todavía quedan rechazos por parte de las obras sociales y las empresas de medicina prepaga.

La norma entró en vigencia el pasado 3 de enero, luego que el gobierno de la Provincia de Buenos Aires reglamentase la ley. Pero el trabajo por un instrumento que permita la cobertura estatal de los costosos tratamientos de fertilidad fue una labor de años por parte de organizaciones tales como “Concebir” y “Sumate a dar vida”.

En la actualidad, existen cinco centros de salud a los que las parejas con dificultades para procrear asisten para recibir los protocolos médicos: el hospital San Martín, de La Plata, el Alende de Mar del Plata, el Penna de Bahía Blanca, el Eva Perón de San Martín y el Luis Güemes de Haedo. En el último es en el único lugar en donde, además de los procesos clínicos, se brinda apoyo psicológico a parejas que buscan ser padres. La ley que rige solamente en la provincia de Buenos Aires dispone la inclusión en el Plan Médico Obligatorio (PMO) y la cobertura total (tanto en hospitales públicos como en establecimientos privados) de los tratamientos por infertilidad. Entre los requisitos, se exige demostrar un mínimo de dos años de residencia en territorio bonaerense para acceder al beneficio.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 6 por ciento de los matrimonios del globo sufre problemas para concebir naturalmente. En la provincia de Buenos Aires, el 15 por ciento de las parejas (unas 300 mil, según los cálculos) tampoco logran embarazos.

En el Congreso de la Nación esperan llegar al recinto varias iniciativas similares. Sus impulsores son optimistas, pero suponen que durante el electoral 2011 será complicado poder avanzar con las normas.

Todo nuevo

Ya con la ley vigente, las autoridades sanitarias de la administración de Daniel Scioli difundieron que ocho parejas lograron resultados exitosos por los tratamientos recibidos en los centros de salud bonaerenses.

Tres matrimonios fueron atendidos por el Equipo de Fertilidad del Luis Güemes, en Haedo. El grupo es encabezado por Fernando Luzuriaga y trabaja hace más de doce años en el tratamiento de la patología. En ese lapso, se atendió a 4.500 parejas con una tasa de embarazo del 12 por ciento en casos de baja complejidad, y del 4,5 por ciento en cuadros de alta complejidad.

“Cuando antes venían cinco parejas, ahora vienen cien”, le dice a Notio el titular del equipo interdisciplinario. Para el especialista, los niveles de éxito están “dentro de los estándares internacionales”.

Para Luzuriaga, la sanción de la ley fue una bisagra y permitirá que las parejas enmarcadas en los alcances de la norma dejen de pagar tratamientos de entre 25 y 30 mil pesos, aún con cobertura social.

“Al hospital viene gente con buenas obras sociales pero las empresas siguen reticentes. El asunto es que ya hay una ley y la deben cumplir. Tan simple como eso”, sentencia el médico. “Los tratamientos y los insumos son muy costosos. Con la ley, las parejas tienen gasto cero”, agrega

Según Luzuriaga, el hospital Luis Güemes cuenta con una cantidad de insumos suficiente para la atención de los pacientes “sin inconvenientes”. Pero el seguro incremento de las consultas pondrá a prueba el sistema. “Harán falta más insumos”, se adelanta Luzuriaga. A su vez, el especialista detalla que la producción de los medicamentos para la infertilidad está repartida en pocos laboratorios lo que genera, casi, un monopolio, según advierte.

En tanto, el primer mes con la ley vigente puso a prueba a todos los especialistas vinculados con la fertilidad. En algunos casos, es ensayo y error. Aunque el equipo del hospital de Haedo hay certezas que se está encaminado. De hecho, es el primer grupo que cuenta con apoyo psicológico a las parejas antes de las intervenciones, aunque la ley no establezca la obligatoriedad de las prácticas de contención. Es más, una integrante es, a su vez, profesional y paciente: Julieta Iribarren hace 9 años que se somete a métodos de fertilidad junto a su marido Jorge y forma parte del equipo como psicóloga social junto a su colega  Beatriz Espósito. Todavía no logró resultados en su intento. Julieta es la coordinadora del grupo y proviene de “Concebir”, desde donde militó por la aprobación de la ley de fertilidad.

“Hay una demanda enorme, diversa y excesiva. Es todo muy nuevo”, resume, en tanto, Espósito quien integra la plantilla de las únicas dos psicólogas para todo el hospital y guarda tiempo para respaldar a las parejas que realizarán tratamientos para ser padres.

Por su parte, Iribarren aporta su experiencia como paciente a las mujeres que llegan con inseguridades, miedos y angustias. Sentimientos que ella tuvo a lo largo de los últimos 9 años.

Los especialistas tienen que lidiar con historias densas, complejas. En donde la búsqueda se cruza con las acusaciones y las pérdidas.

Buscar culpas también es una constante. Si es de la mujer, si es del hombre.

“Tener un hijo es una cosa que se hace de a dos. Y a veces hay que tratar con personas que no aceptan que la infertilidad es una enfermedad”, puntualiza Espósito.

“Intentamos contener, atajar algunas depresiones y preparar a las parejas para la intervención quirúrgica”, le explica Iribarren a Notio. “Cuando llegan a las reuniones, todas empiezan llorando. Es normal. Nosotros tratamos de que abordar el problema y sacar los miedos”, agrega.

Las experiencias de los que esperan

Fracasos, éxitos, pérdidas, intentos, cautela. Y esperanza. Las parejas que llegan al Equipo de Fertilidad nunca pierden la ilusión, por más que las posibilidades de lograr un embarazo sean, en algunos casos y de acuerdo al diagnóstico médico, muy bajas. Y por más que los intentos por lograr concebir sean reiterados, invasivos e infructuosos.

Las experiencias se revelan en los grupos de contención. Cuesta, pero se logra. Más de 50 parejas ya pasaron por las charlas con las psicólogas.

“Tenemos los pies sobre la tierra. Las posibilidades son mínimas, pero hay que intentarlo”, dice Mónica, al lado de Andrés, su marido desde hace tres años. “Siempre hay expectativas. Mientras haya una luz de esperanza, intentaremos”, añade Andrés.

“Pasamos por muchos tratamientos sin ningún resultado. Pero nos dimos cuenta que hay mucho engaño y mucho comercio alrededor de la enfermedad”, acota Patricia. Los especialistas afirman que muchas parejas llegan y relatan los contratiempos y los engaños que encuentran en el sector privado. “Es un común denominador”, sostiene Espósito.

“Te sentís que no servís para nada, que no se puede. Llegué a querer que mi esposo se busque a otra mujer y que pueda tener un hijo”, acota.

Antes de poder hablar, Anabella rompe en llanto. Le cuesta abrirse al grupo. Su experiencia es compleja.

“Quiero un bebé desde siempre. Vivo para eso. A los 19 quedé embarazada, pero mi familia se opuso. Me hicieron un aborto que yo no quería. No respetaron mi deseo. Luego de eso, nunca más quedé embarazada”, rememora. “No puedo disfrutar de las cosas más sencillas de la vida. En las fiestas veo panzas de amigas embarazadas o bebés que empiezan a caminar, y todavía siento la culpa”, dice.

“Mi marido es el típico macho argentino, mecánico y rockero”, cuenta Andrea. A ella los resutados médicos le dan buenos resultados. Por lo que es problable que quien tenga inconvenientes para reproducir sea su marido. “No lo asume. Pero bueno, yo tampoco lo quiero presionar”, dice.

El éxito y las esperanzas

Mariela y Silvia fueron madres después de años de búsqueda. Sin ley que las cubriese, tuvieron que lidiar con la burocracia y las trabas de las obras sociales. Los impedimentos signaron los años que pasaron para lograr un embarazo. Silvia es madre, pero desiste de hablar con Notio. Prefiere preservar su historia para ella, sus hijos, y su famila. Pero sigue agradecida con los médicos que la trataron y es feliz como madre tras años de querer serlo.

Mariela, en cambio, relata que durante diez años estuvo en busca de un tratamiento preciso que explicara porqué no podía quedar embarazada. Y no lo encontraba por ningún lado. “Fui por todos los hospitales y clínicas que pude. Nadie le daba en la tecla”, grafica.

Junto con Horacio, su marido, pasaron por varios tratamientos, pero ninguno era efectivo. Pastillas, análisis, nada daba resultado.

Hasta que le recomendaron acudir al Equipo de Fertilidad del hospital de Haedo. Una vez allí, le indicaron que tenía endometriosis y que la solución era quirúrgica. “Era eso. Nada raro. Un cuadro bastante elemental”, recuerda.

“En marzo de 2008 me operaron. Luego de la operación me dijeron que habría que hacer una segunda. Pero al mes estaba embarazada. Fue un milagro”, comenta en diálogo con Notio desde Corrientes, donde pasa sus vacaciones junto a su hijo, de dos años.

Si bien Mariela fue madre todavía sin la ley vigente, luego de sus años de búsqueda se pone en el lugar de las que todavía no pueden ser madres: “No tienen que bajar nunca los brazos. Tienen que tener esperanzas y no rendirse nunca. Hay que pelearla. Ya se va a dar”.

Links de interés

Concebir
Asociación Civil Sumate a dar Vida
Hospital Luis Güemes
Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires
Ministerio de Salud de la Nación

Mientras la provincia de Buenos Aires ya tiene ley y en el Congreso de la Nación aguarda el tratamiento de una norma de alcance nacional, los empleados públicos de la ciudad de Buenos Aires podrán acceder a la cobertura gratuita de los tratamientos por infertilidad.

La Obra Social de Buenos Aires (OBSBA) firmó un convenio con el instituto privado Procrearte mediente el que los 200 mil agentes públicos porteños que lo necesiten, contarán de forma gratuita a los protocolos médicos de alta complejidad.


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